MIME-Version: 1.0 Content-Type: multipart/related; boundary="----=_NextPart_01C82ED0.CCC27370" Este documento es una página Web de un solo archivo, también conocido como archivo de almacenamiento Web. Si está viendo este mensaje, su explorador o editor no admite archivos de almacenamiento Web. Descargue un explorador que admita este tipo de archivos, como Microsoft Internet Explorer. ------=_NextPart_01C82ED0.CCC27370 Content-Location: file:///C:/8F02AC6C/CELEBRACIONPENITENCIAL.htm Content-Transfer-Encoding: quoted-printable Content-Type: text/html; charset="us-ascii"
CELEBRACION
PENITENCIAL
Catecumenado de
Adultos de Confirmación
Cántico de entrada (=
5
minutos)
Hoy vuelvo de lejos, de lejos
Hoy vuelvo a tu casa, Señor,=
a mi
casa
Y un abrazo me has dado, Padre del =
alma,
Y un abrazo me has dado Padre del a=
lma
<=
/span>Reflexión
y exhortación (5 minutos)
=
Examen
con petición de perdón
Amigos. Somos el Pueblo de D=
ios,
que venimos a hacer un gesto de arrepentimiento en este encuentro penitenci=
al.
Nuestros pecados nos son cosa nuestra. Son cosa de todos los que viven con
nosotros. Cuando nos domina el pecado, ofendemos a Dios. Pero como peregrin=
os
que caminamos en medio de un pueblo, perjudicamos con nuestro pecado al pue=
blo
de Dios
&n=
bsp;
Pidamos hoy perdón por nuestros pecados. Y puesto que vamos a
recibir el Sacramento de la confirmación, que es sacramento de gente
fuerte, pidamos perdón a Dios como miembros de este Pueblo, que es <=
st1:PersonName
ProductID=3D"la Iglesia" w:st=3D"on">la Iglesia, y que son=
todos
nuestros hermanos, nuestros prójimos
=
Digamos
todos
=
PERDONA A TU PUEBLO, PERDONALO, SEÑOR
=
Y lo
vamos a decir cantando
PERDONA
A TU PUEBLO SEÑOR, PERDONA A TU PUEBLO, PERDONALO SEÑOR
Algunas veces hemos vivido sin ama=
r a
nuestro prójimo. Hemos sido egoístas y les hemos dado la espa=
lda.
Incluso a los más prójimos nuestros, nuestros padres, amigos,
compañeros de trabajo, vecinos.
PEDONANOS POR ELLO, SEÑOR
=
=
Cantamos: Perdona a tu pueblo, Señor, perdona a tu pueblo, perdó=
;nalo
Señor
=
* Algunas veces, recordemos cuándo ha sido, no hemos rezado a=
nte
Dios en nuestras necesidades, no hemos cumplido con nuestros deberes de rez=
ar
el domingo, nos hemos excusado para no acudir al templo. PERDONANOS POR ELLO
SEÑOR
<= o:p>
<=
span
style=3D'mso-spacerun:yes'> Cantamos: Perdona a tu pueblo, Señor, perdona a tu pueblo, perd&oacu=
te;nalo
Señor
=
*&nbs=
p;
Algunas veces, cada uno sabemos cuándo, nuestro cuerpo ha pod=
ido
más que nuestro espíritu. Hemos quebrantado la ley de Dios de
vivir con limpieza y fidelidad al verdadero amor. PERDONANOS SEÑOR
<= o:p>
<=
span
style=3D'mso-spacerun:yes'> Cantamos: Perdona a tu pueblo, Señor, perdona a tu pueblo,
perdónalo señor
<= o:p>
*&=
nbsp;
Algunas veces, nuestro orgullo ha podido más que la sincerida=
d.
Hemos hablado mal de los demás, hemos mentido o calumniando. PEDONAN=
OS
SEÑOR
<= o:p>
=
Cantamos: Perdona a tu pueblo, Señor, p=
erdona
a tu pueblo, perdónalo señor
=
* Algunas veces hemos robado, cuando no hemos respetado los bienes
ajenos, de personas o de grupos, cuando hemos considerado que por que nadie=
se
enteraba, Dios no lo tendría en cuenta. Y encima no hemos sentido ve=
rgüenza
de jactarnos antes algunos amigos o personas cercanas. PERDONANOS SEÑ=
;OR
=
Cantamos: Perdona a tu pueblo, Señor, p=
erdona
a tu pueblo, perdónalo Señor
<= o:p>
Los que deseamos nos acercamos a un
ministro de Dios, a un sacerdote, que es tan pecador como nosotros, decimos=
de
manera sencilla nuestro pecados. Es el gesto de nuestro arrepentimiento. El=
nos
declarará el perdón de Dios sin otras consideraciones. Mientr=
as podemos
pensar en unos minutos en otros efectos del pecado y podemos pedir
interiormente a Dios nuestro perdón.
M=
inutos
de silencio
=
Aumentamos nuestros
sentimientos de perdón con un recuerdo de
=
Luego pens=
aremos
en silencio en la plegaria que el entonces dejo escrita.
=
=
Fue hace
tres mil años, pues David vivió el mil antes de Cristo.
=
Del Libro
II de Samuel. Cap 11
<= o:p>
Al comienzo del a&ntil=
de;o,
en la época en que los reyes salen de campaña, David envi&oac=
ute;
a Joab con sus servidores y todo Israel, y ellos
arrasaron a los amonitas y sitiaron Rabá.
Mientras tanto, David permanecía en Jerusalén.
Una tarde, después qu=
e se
levantó de la siesta, David se puso a caminar por la azotea del pala=
cio
real, y desde allí vio a una mujer que se estaba bañando. La
mujer era muy hermosa.
=
David mandó a averiguar quién era esa mujer, y le dije=
ron:
"¡Es Betsabé, hija de Eliám, la mujer de Urías, el hitita!&qu=
ot;.
Entonces David mandó unos
mensajeros para que se la trajeran. La mujer vino. David terminó aco=
stándose
con ella, que acababa de purificarse de su periodo. Después ella
volvió a su casa.
=
La mujer quedó embarazada y envió a David este mensaje:
"Estoy embarazada".
EL PECADO SE COMPLICA. Sus consecuencias
&n=
bsp;
Entonces David mandó decir a Joab:
"Envíame a Urías, el hitita". =
Joab
se lo envió y, cuando Urías se presentó ante el rey, D=
avid
le preguntó cómo estaban Joab y la
tropa y cómo iba la guerra.
Luego David dijo a Urí=
;as:
"Baja a tu casa y lávate los pies". Urías sali&oacu=
te;
de la casa del rey y de parte del rey le mandaron detrás un obsequio=
de
la mesa real.
Pero Urías se
acostó a la puerta de la casa del rey, junto a todos los servidores =
de
su señor, y no bajó a su casa. Cuando informaron a David que
Urías no había bajado a su casa, el rey le dijo: "T&uacu=
te;
acabas de llegar de viaje. ¿Por qué no has bajado a tu
casa?"
Urías respondió=
; a
David: "El Arca, Israel y Judá vive=
n en
tiendas de campaña; mi señor Joab=
y los
servidores de mi señor acampan a la intemperie, ¿y yo ir&eacu=
te;
a mi casa a comer, a beber y a acostarme con mi mujer"?
¡Por la vida del Señor=
y por
tu propia vida, nunca haré una cosa así!"
David dijo enton=
ces a
Urías: "Quédate aquí todavía hoy, y
mañana te dejaré partir". Urías se quedó en
Jerusalén aquel día y el día siguiente.
David lo invitó a com=
er y a
beber en su presencia y lo embriagó. A la noche, Urías
salió y se acostó junto a los servidores de su señor, =
pero
no bajó a su casa.
A la maña=
na
siguiente, David escribió una carta a Joab y
se la mandó por intermedio de Urías.
En esa carta,
había escrito lo siguiente: "Pon a Urías en primera
línea, donde el combate sea más encarnizado, y después
déjenlo solo, para que sea herido y muera".
J=
oab,
que tenía cercada la ciudad, puso a Urías en el sitio donde
sabía que estaban los defensores más aguerridos. Los hombres de la ciudad hic=
ieron
una salida y atacaron a Joab. Así cayero=
n unos
cuantos servidores de David, y también murió Urías, el
hitita.
Joab
envió a David el parte de batalla, y dio esta orden al mensajero:
"Cuando termines de comunicar al rey el parte de batalla, si él=
se enda mucho y te grita: “¿Por qué =
se
acercaron tanto a la ciudad para librar combate? ¿No sabían q=
ue
arrojan proyectiles desde lo alto de la muralla?
=
¿Quién hirió mortalmente a Abimelec,
hijo de Ierubaal? ¿<=
/span>No
fue una mujer la que le arrojó una piedra de molino desde lo alto del
muro”. Entonces tu le dirás: “También ha muerto tu
servidor Urías, el hitita”.
El mensajero parti&oac=
ute; y
fue a comunicar a David todo lo que Joab le
había mandado decir.
El mensajero dijo a Da=
vid:
"Esa gente logró sacarnos ventaja. Hicieron una salida contra
nosotros en campo raso, pero los hicimos retroceder hasta la entrada de la
ciudad.
Entonces los arqueros
dispararon contra tus servidores desde lo alto del muro, y murieron unos
cuantos servidores del rey. Al ver que el rey se enfureció, el mensa=
jero
también le dijo: “También murió tu servidor
Urías, el hitita".
Entonces David se amansó y d=
ijo al
mensajero: "Esto es lo que dirás a Joab:
‘No te preocupes por lo que ha sucedido. La espada devora hoy a este y
mañana a aquel. Intensifica el ataque contra la ciudad, y
destrúyela’. Así le devolverás el
ánimo".
Cuando la mujer de
Urías se enteró de que su marido había muerto, estuvo =
de
duelo pOr él.
Cuando dejó de =
estar
de luto, David mandó a buscarla y la recibió en su casa. Ella=
se
convirtió en su esposa y le dio un hijo. (Este fue Salomón, el
hijo de la consolación) Pero lo que había hecho David
desagradó al Señor.
&n=
bsp;
Entonces el Señor le
envió al profeta Natán. Él=
se
presentó a David y le dijo: "Señor, había dos hom=
bres
en una misma ciudad, uno rico y el otro pobre. El rico tenía una enorme can=
tidad
de ovejas y de bueyes. El pob=
re no
tenía nada, fuera de una sola oveja pequeña, que había
comprado. La iba criando, y ella crecía junto a él y a sus hi=
jos:
comía de su pan, bebía de su copa y dormía en su regaz=
o.
¡Era para él como una hija!
Pero llegó un viajero a la c=
asa
del hombre rico, y este no quiso sacrificar un animal de su propio ganado p=
ara
agasajar al huésped que había recibido. Tomó en cambio=
la
oveja del hombre pobre, y se la preparó al que le había llega=
do
de visita"
David se enfureció contra aq=
uel
hombre y dijo a Natán: "¡Por =
la
vida del Señor, el hombre que ha hecho eso merece la muerte! Pagará cuatro veces el valor=
de la
oveja, por haber obrado así y no haber tenido compasión"=
.
Entonces Nat&a=
acute;n
dijo a David: "¡Ese hombre eres tú! Así habla el
Señor, el Dios de Israel: Yo te ungí rey de Israel y te
libré de las manos de Saúl; Yo te entregué la casa de =
tu
señor y puse a sus mujeres en tus brazos; te di la casa de Israel y =
de Judá, y por si esto fuera poco,
añadiría otro tanto y aún más. ¿Por qué entonc=
es has
despreciado la palabra del Señor, haciendo lo que es malo a sus ojos?
¡Tú has matado al filo de la espada a Urías, el hitita!=
Has
tomado por esposa a su mujer, y a él lo has hecho morir bajo la espa=
da
de los amonitas.
Por eso, la espada nunca
más se apartará de tu casa, ya que me has despreciado y has
tomado por esposa a la mujer de Urías, el hitita.
Así habla el Señor:
‘Yo haré surgir de tu misma casa la desgracia contra ti. Arreb=
ataré
a tus mujeres ante tus propios ojos y se las daré a otro, que se
acostará con ellas en pleno día. Porque tú has obrado
ocultamente, pero yo lo haré delante de todo Israel y a la luz del s=
ol".
David dijo a N=
atán:
"¡He pecado contra el Señor!". =
Natán
le respondió: "El Señor, pues te arrepientes, perdona tu
pecado: no morirás. No
obstante, porque con esto has ultrajado gravemente al Señor, el
niño que te ha nacido morirá sin remedio".
=
Y Natán
se fue a su casa.
Salmo 51.
Del=
maestro
de coro. Salmo de David.
Cua=
ndo el
profeta Natán lo visitó,
después que aquel se había unido a Betsabé.
(a) Reconocimiento del pecado)
¡Ten
piedad de mí, Señor, por tu bondad,
por tu gran compasión, borra mis faltas!
¡Lávame totalmen=
te de
mi culpa
y purifícame de mi pecado!
Porque yo reconozco mis faltas
y mi pecado está siempre ante mí.
Contra
ti, contra ti solo pequé
e hice lo que es malo a tus ojos.
Por eso, será justa tu sentencia
y tu juicio será irreprochable;
yo soy culpable desde que
nací;
pecador me concibió mi madre.
Tú amas la sinceridad del
corazón
y me enseñas la sabiduría en mi interior.
Purifícame con el hisopo y
quedaré limpio;
lávame, y quedaré más blanco que la nieve=
b>. <=
br
style=3D'mso-special-character:line-break'>
b) (Petición a Dios para s=
er
perdonado)
Anúnciame
el gozo y la alegría:
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta tu vista de mis pecados
y borra todas mis culpas.
Crea
en mí, Dios mío, un corazón puro,
y renueva la firmeza de mi espíritu.
No me arrojes lejos de tu presencia=
ni retires de mí tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría=
de tu
salvación,
que tu espíritu generoso me sostenga:
yo enseñaré tu camino=
a los
impíos
y los pecadores volverán a ti.
¡Líbrame de la m=
uerte,
Dios, salvador mío,
y mi lengua anunciará tu justicia!
c) (Conversión y promesa de
obrar el bien)
&n=
bsp;
Abre mis labios, Señor,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen; <=
br>
si ofrezco un holocausto, no lo aceptas:
mi sacrificio es un espíritu contrito,
tú no desprecias el corazón contrito y humillado.
&n=
bsp;
Trata bien a Sión, Señor, =
por tu
bondad;
reconstruye los muros de Jerusalén.
Entonces aceptarás los sacri=
ficios
rituales
– las oblaciones y los holocaustos –
y se ofrecerán novillos en tu altar.
Despedida del acto penitencial
=
Amigos. Ya estamos perdonados,
Nuestro pecados seguramente no son tan grandes como el adulterio y el asesi=
nato
de David. Pero nuestro perdón ha sido y es tan hermoso como el del R=
ey
=
Os invito a que =
demos
gracias a Dios todos juntos y de pie recitando la plegaria final
Señor
y Padre de todos nosotros,
¡qué grande eres y maravilloso para con tus hijo=
s!
Hemos
pecados y nos has perdonado.
Te
damos gracias por tu amor. Te damos gracias por tu perdón.
Te
pedimos por nuestro Señor Jesucristo, que nos mires como hijos
y
que nos acompañes en nuestro caminar por la tierra.
Y
te decimos, con las mismas palabras que tu Hijo divino nos
enseñó:
Padre
nuestro, que estas en los cielos
Santificado
se tu nombre. Venga a nosotros tu reino
Hágase
tu voluntad en la tierra y en el cielo
Perdona
nuestras ofensas como nosotros perdonamos
a
los que nos han ofendido
No
nos dejes caer en la tentación. Líbranos de todo mal. Amen
<=
span
style=3D'mso-spacerun:yes'> Hermanos podéis ir en paz, =
Dios
no ha perdonado. Jesús nos espera en la vida, para que nuestra confi=
rmación
en la fe, sea el comienzo de un camino de Evangelio y de amor.
Que Dios os bend=
iga.